Cantabria era una tierra desconocida para mí hasta que en 2016 participe en Triatlón Valle de Buelna. Conocía el norte de España pero por diferentes razones no esta zona. Pero como dice el refrán nuca es tarde si la dicha es buena.
Esta temporada tenía claro que si el calendario me lo permitía quería volver a estar en este triatlón. El año pasado me lo pasé genial, pero cuando ganas tienes mejor sabor de boca, si cabe, de la experiencia obtenida.
El 2017 ha sido un poco caótico debido a la realización de un Master (MAES), al trabajo y no pudiendo entrenar todo lo que quisiera, llegando muy cansada. Por ello cogí el verano con muchas ganas, por fin me liberaba de tener que llevar tantas cosas para adelante y tenía tiempo para mí.
Tras un mes de buenos entrenamientos, venía a Los Corrales de Buelna con muchas ganas, con el objetivo claro de mejorar con respecto a los parciales del año pasado. Pasar unos días disfrutando de Cantabria con los amigos hacía que estuviera muy motivada para volver a Los Corrales a disputar su triatlón.
El día de la prueba el tiempo fue bueno, ¡menos mal! porque hubiera sido muy peligrosa la bajada con la carretera mojada. Salidas separadas por unos diez minutos, las chicas fuimos las primeras en afrontar la natación. Una natación más larga al perdernos ya que no veíamos nada de la primera a la segunda boya ocasionó que hiciéramos metros de más. Salgo del agua junto a Helene separada del resto de chicas.
Cojo mi Orbea y compruebo como el año anterior el viento da de cara. Me acoplo y me mentalizo a mover los vatios establecidos. En los primeros km observo que me adelantan poco chicos, extrañada miro atrás y no viene nadie. Me vuelvo a acoplar y concentrarme en mi tarea que es mover vatios, comer y beber. Sigo muy concentrada y observo que voy a un buen ritmo como me marca mi reloj. Sigo con la intriga de saber a cuanto están mis perseguidoras. En media distancia es algo común no saberlo, cuando es un circuito a una vuelta, hasta que pasa una moto y me canta más de tres minutos. “¡Muy bien María!, sigue así y no te confíes”. Llegamos a Los Corrales de Buelna y ya quedan algo menos de diez km. Siento que un cuádriceps me hace amagos de quedarse pillado, sigo hidratándome y pensando en la media maratón que está por llegar.
Transición y ¡a correr!. A pesar de que las piernas están entumecidas de la bicicleta me estoy encontrando muy bien en los primeros km y compruebo que mis rivales están a más de cinco minutos, mi reloj me marca por debajo de 4.00, “María tranquila que esto es muy largo”, pero para mi sorpresa la situación cambia pronto y en el km 7 el gemelo derecho empieza a molestarme. Al ver la diferencia con las rivales decido bajar el ritmo y ser conservadora, ¡aún quedan catorce km!. La diferencia sigue siendo la misma pero la molestia no se va y encima empiezo a notar retortijones de barriga. “María esto va a ser supervivencia”. Me vienen sudores fríos y decido aminorar algo más el ritmo tras comprobar que no peligra la victoria si consigo seguir así. Cada vez las tripas se mueven más, ya solo quedan cinco km, mi mente se centra solo en mandarme mensajes positivos para que no me pare para ir al baño, continuo aguantando el tipo como puedo y por fin veo la meta.
Disfruto con el público y mis amigos cántabros que están animando. Feliz al saber que la victoria es mía, espero para entrar en meta con mi amigo Sergio (también ha tenido problemas estomacales) y así poder disfrutar juntos de este momento ya que él es el responsable de mi participación en este triatlón. Ha costado levantar la cinta pero qué felicidad ver que ante los adversidades si sabes gestionar cada situación puedes salir victoriosa. Me acompañan en el podium Helen y Estefanía, enhorabuena chicas ¡gran carrera!.
El precio de la victoria es un día entero con diarreas y malestar general, no sé que debió sentarme mal pero es la primera vez que me pasa en todos los años de práctica deportiva.
Menos mal que gracias a los consejos de Antonio Molina de Centros Nutrifarma me puse buena pronto.
Este año pude disfrutar de algunos días más por tierras cántabras, ¡cuánto me gusta esta tierra!. Además siempre que vengo parece que me traigo el buen tiempo de mi tierra.
Agradecer a toda la organización del triatlón el exquisito trato recibido y a los voluntarios el gran trabajo que hacen, sin vosotros no seriamos nada.
Por último dar las gracias a los que me apoyan y ayudan para hacer más fácil mi dedicación al mundo del deporte. Mis patrocinadores: Artrosy, Salud en Casa en Farmacias, ZambrusBikes, Spiuk, Doc2001, Bicicletas Aljarafe y a los colaboradores: Zone3, Centros Nutrifarma, Essax, Roodol, Totum Sport, Medilast Sport, Speedsix, La Caseta, Totum Sport, , Clinica Acedo & Martin, Nuon Sport, Sockers, y Running Way.
¡Gracias Gonzalo y Fabian por la fotografías!