¿Os habéis parado a pensar alguna vez qué supone la figura de vuestra madre? ¿Cómo ha influido en vuestra infancia?… He crecido en una familia de tres hermanos, yo soy la pequeña y mi madre era una Super Woman. Trabajaba muchísimo, llevaba para adelante una casa y la familia, con todo lo que ello conllevaba.
Siempre dispuesta a todo. Si nos íbamos a la nieve, ella con sus tres niños a esquiar. Si era el turno de las vacaciones, bien fuéramos a la playa o a algún viaje, ella se encargaba de todo: sin rechistar.
Hasta que no he sido adulta no me he dado cuenta de todo el peso que llevaba sola, de la cantidad de decisiones que tenía que tomar y siempre buscando lo mejor para sus hijos.
Soy deportistas porque ella me metió el deporte en las venas. Desde que tengo uso de razón el deporte forma parte de mi vida. Me educó que es un estilo de vida. Al principio como un juego. Juego que me encantaba hacer, y cuanto más pudiera, mejor. Siempre me apoyó, ayudó y facilitó las cosas para poder ir a entrenar, a las competiciones, al médico cuando he tenido lesiones… El único requisito era estudiar y aprobar el curso académico.
Actualmente es mi forma de vida y aún sigue estando al pie del cañón en todo momento. Es mi mayor fan y la más exigente (en cuanto bajo el listón, ya esta haciéndomelo saber). Mi esparrin en los entrenamientos de carrera, me acompaña con su bicicleta, me cuenta cosas, me motiva y hace que los entrenos se hagan más amenos. Llueve o truene siempre está dispuesta para estar a mi lado.
Soy afortunada, por tener una madre que comprende a la perfección mi vida:
-Gracias Mamá por ser como eres y educarme con esos valores.