Cuando te enfrentas a nuevas metas y objetivos hay momentos que el miedo se apodera de ti. Incertidumbre, dudas y falta de adaptación a lo nuevo hacen que ronden muchas preguntas por tu cabeza. Pero a la misma vez también recorre por tu cuerpo ilusión, motivación extra y muchas ganas por descubrir lo que te deparará el camino que has decidido tomar y por seguir creciendo en lo que tanto te apasiona.
Llevaba un par de años queriendo tomar un nuevo camino pero sucesivos acontecimientos y la falta de preparación especifica, para afrontar con seguridad los retos que quería en Triatlón hacían que no terminara de decidirme a dejar a un lado lo demás, y buscar lo nuevo y misterioso.
El cuerpo era el primero que necesitaba una transformación y por ello lo puse en manos de Nuon Sport (centro especializado en la prevención de lesiones y la ganancia de fuerza) y de Ventura, Mano a Mano fisioterapia. Hacia años que no rendía como debía por falta de continuidad provocada por lesiones cada cierto tiempo, y no es que yo no pudiera volver a rendir, sino que necesitaba provocar cambios en mi cuerpo para que así pudiera funcionar todo correctamente. Necesitaba sentirme fuerte para conseguir el objetivo de superarme a mi misma, ya que el miedo siempre paraliza. Quería superar mis miedo, pero sabia que necesitaba ayuda, porque siempre necesitas a alguien para enfrentarte a cualquier miedo, y más en este caso, de especialistas para poder dejar a un lado el dolor.
Cambio radical, donde el trabajo en el gimnasio en Nuon Sport tomó un papel principal, mucho core, control postural y sesión semanal de fisioterapia a cargo de Ventura eran lo principal cada semana.
Una vez el cuerpo estuvo estable, fue el momento de introducir el trabajo de fuerza, una vez a la semana en una sesión de 2h trabajamos duramente tren superior, inferior y mucho core. Al principio me costó adaptarme, jamás había trabajado tan duramente el gimnasio, encima más una o dos sesiones más al día. ¡El día siguiente estaba KO!.
Una vez mi cuerpo empieza coger fuerza, cada día estoy más estable y el estrés de los entrenamientos cada día le afectan menos a esa rotación de cadera que hacía que todo se echara a perder. Molestias aparecen y desaparecen y forman parte del proceso de cambio. Lo acepto como tal aunque no es sencillo.
Recibo la nueva bicicleta, una Orbea Ordu M20, cedida por Bicicletas Aljarafe. Gracias a Enrique por querer ayudarme desde el primer momento, nunca te estaré suficientemente agradecida.
Empiezo a pasar horas sobre “la cabra”, así se le llama a este tipo de bicis. El trabajo de superación de mis miedo comienza a ver resultados. Compruebo que se va muy rápido en ella pero también que se necesita un periodo de adaptación.
Llevo tres semanas con la nueva bicicleta, he comprobado que mi cuerpo es capaz de rendir tras 90 km acoplado y correr 21km sin que ocurra ningún desastres, esos miedos y fantasmas se empiezan a disipar. Me siento muy bien conmigo misma, ilusionada, ambiciosa y motivada para seguir caminando en este nuevo camino que a finales de 2015 tomé. Han desaparecido esas preguntas que inquietan y rondaban por la cabeza: ¿seré capaz?, ¿mi cuerpo se resentirá?, ¿puedo volver a rendir tras muchos años sin constancia?.
Todos tenemos miedos, pero no podemos dejar que estos no nos permitan ser nosotros mismos y luchar por aquello que queremos. Los miedos están para darles la mano y caminar con ellos. Rodeate de un gran equipo y ve a por aquello que te has propuesto como objetivo.
¡Sonríe a la vida!.
Fotografía Jose Pujol y IMD